En el año 1860 tuvo lugar un hecho casual, que hizo que la gente de la zona fijara su atención en las aguas y lodos, de lo que hoy en día es conocido como Balneario El Raposo.
Todo fue debido a una “cochinita“, la cual tenía inflamadas las articulaciones de sus miembros y no podía seguir a la piara, ya que estaba imposibilitada de todo movimiento. Así un día el guarda de la extensa finca a la que por aquél entonces pertenecía el valle de El Raposo se dio cuenta que le faltaba una cochinita, tras buscarla durante 24 horas la encontró tumbada en una de las charcas del arroyo que atraviesa el valle, cubierta de lodo. El guarda creyó que estaba muerta y la zarandeó para su comprobación, y en ese momento para gran sorpresa del guarda, la cochinita se levantó con gran soltura y agilidad, y desde ese momento desaparecieron en la cochinita todos los síntomas que tenía de enfermedad.
Esta noticia corrió de boca en y boca y los habitantes de las fincas colindantes y de los pueblos cercanos comenzaron a utilizar el agua de la charca para bañar en ella a todo tipo de animales con problemas y la mayoría se curaban o encontraban gran alivio en esas aguas.
Los hechos fueron de tal relevancia, que en poco tiempo no solo eran animales lo que se bañaban en esas aguas, sino que muchas personas con dolores quisieron también probar la virtud de esas aguas, y los resultados eran satisfactorios, por lo que de año en año iba creciendo el número de personas con dolencias que se acercaban a darse baños en las aguas de “La Cochinita” en busca de su curación o mejoría de sus dolencias; por lo que ese lugar adquirió fama entre la gente y sus aguas fueron consideradas como un remedio eficaz para múltiples dolencias, en especial, para las manifestaciones dolorosas e inflamatorias.
Las aguas del Balneario El Raposo son Bicarbonatadas, Cálcicas, Magnésicas, y Radiactivas.
El análisis químico, cualitativo, cuantitativo, micrográfico, bacteriológico y radiactivo de las aguas del Raposo, practicado en el año 1925 por el doctor D. Enrique Ortega y Mayor establece las siguientes características del agua y es se trata de un agua incolora, inodora perfectamente diáfana, sin olor especial alguno y neutra a los papeles de tornasol, fenolftaleina y naranja de metilo.
Nuestros lodos son ricos en Silicio, Magnesio y Calcio.
Tratamientos del Balneario de El Raposo
Instalaciones del Balneario de El Raposo
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